22 de mayo de 2007

Desiderata

Seguro que esta también la conocéis. Creo recordar que estaba al final de algún cuadernillo de Pascua, como un compendio de consejos para nuestra vida cotidiana antes de nuestro retorno a Galilea:

Camina plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que puedes encontrar la paz en el silencio. Hasta donde sea posible trata de mantener buenas relaciones con todo el mundo. Di tu verdad serena y claramente; y escucha a los demás , incluso al torpe y al aburrido; ellos también tienen su propia verdad. Evita las personas ruidosas y agresivas, porque son un mal para el espíritu. Sí te comparas con los demás, te volverás vanidoso y amargado, porque siempre habrá personas mejores o peores que tú. Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, por más humilde que ésta sea, es lo único verdadero que posees. Sé cauto en los negocios; porque el mundo está lleno de egoísmo, pero no permitas que esto te ciegue al punto de no ver que la virtud existe; muchas personas luchan por nobles ideales y en todas partes la vida esta llena de heroísmo. Sé tú mismo. En especial no finjas afecto. No seas cínico en el amor; porque a pesar de toda la aridez y desengaño, es tan perenne como la hierba. Alimenta la fortaleza de tu espíritu para que te proteja contra la adversidad. No te atormentes con tu imaginación. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Además de una sana disciplina, sé gentil contigo mismo. Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas. Tienes derecho a existir. Y aunque esté claro o no para ti, no dudes que el universo marcha como debe ser. Y cualesquiera que sean tus trabajos y aspiraciones, en la ruidosa confusión de la vida, mantén la paz con tu espíritu. Porque a pesar de toda la hipocresía, del arduo trabajo y de los sueños fallidos, el mundo es todavía un lugar hermoso. Sé alegre. Esfuérzate por ser feliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué maravilla de texto... no lo recordaba. Yo creo mucho en la Providencia. Y vosotros formáis también parte de ella, movéis vuestros hilitos para que pueda llegar a tal o cual lugar:
"Alimenta la fortaleza de tu espíritu para que te proteja contra la adversidad. No te atormentes con tu imaginación. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Además de una sana disciplina, sé gentil contigo mismo."
Parece escrito para mí.
Gracias de nuevo por ayudarme a caminar...