Sí,
dios
nace en cada criatura
está recostado en cada corazón callado
en todo ojo abierto que mira y ve
en cada sendero torcido de tu vida
y en el pequeño guiño que triste esbozaste.
Enciende los luceros de tu corazón y
cierra ya las oscuras y cansadas lentes de tu cuerpo
con que miras;
lo verás en cada uno
de los que
junto a ti
viajan.
En cada crepúsculo,
en cada vida.
No busques tanto.
Levanta tu mirada aquí y ahora
y ama.
Recuerda:
Aquí y ahora.
Mira a sus ojos...
Ahí nace.
Eso es dios.
©BIL
1 comentario:
No estás sólo, amigo, me sumo a la lista de nostálgicos. No sólo no me acuerdo de cómo era, tampoco recuerdo muy bien cómo es...
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