11 de septiembre de 2008

¿Dónde está Dios?

UN HOMBRE PREGUNTA

¿Dónde está Dios? Se ve o no se ve.
Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.
De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en las llagas,
en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua;
Dios está en el mar y a veces en el templo,
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza,
es verdad que está en todas partes, pero hay que verle,
sin preguntar que dónde está como si fuera un mineral o planta.
Quédate en silencio, mírate la cara,
el misterio que veas y sientas, ¿No basta?
Pasa un niño cantando, tú lo amas, ahí está Dios.
Lo tienes en la lengua cuando cantas,
en la voz cuando blasfemas,
y cuando preguntas que dónde está,
esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga,
en los ojos lo tienes cuando ríes, en las venas cuando amas,
ahí está Dios, en ti, pero tienes que verlo tú,
de nada vale quien te lo señale,
quien te diga que está en la ermita, de nada,
has de sentirlo tú, trepando, arañando, limpiando
las paredes de tu casa:
de nada vale que te diga que está en las manos de todo el que trabaja,
que se va de las manos del guerrero,
aunque comulgue o practique cualquier religión, dogma o rama;
huye de las manos del que reza y no ama,
del que va a misa y no enciende a los pobres velas de esperanza;
suele estar en el suburbio a altas horas de la madrugada,
en el hospital y en la casa enrejada.
Dios está en eso, tan sin nombre,
que te sucede cuando algo te encanta,
pero de nada vale que te diga que Dios está en cada ser que pasa.
Si te angustia ese hombre que se compra alpargatas,
si te inquieta la vida del que sube y no baja,
si te olvidas de ti y de aquellos, y te empeñas en nada,
si sin por qué una angustia se te enquista en la entraña,
si amaneces un día silbando a la mañana
y si sonríes a todos y a todos das las gracias,
Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.


GLORIA FUERTES

3 comentarios:

Miguel Ángel Núñez Paz dijo...

Gracias por seguir en la brecha, hermano.
Hablamos pronto

Anónimo dijo...

No hay de qué. Gracias a ti por comentar. Tú lo has dicho, seguimos en la brecha. Ni un paso atrás, sólo si es para tomar impulso.

Anónimo dijo...

Salva ánimo y reitero las gracias por seguir en la brecha AMIGO