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Ahí estás tendido en mi corazón y a tu espalda le ha caído el peso de la cruz.
Ahí estás sangrando, lleno de dolor y a tus ojos se les ha ido la vida.
Y ahí estabas conmigo ante mi miedo y cansancio y no podía ver y no podía entender.
Todo se perdió en mi.
Y tú seguías ahí dando la vida por mi.
Nada te di, nada te entregué, sólo mi sueño sin saber qué hacer.
Cómo aprender, quiero aprender a entregar mi vida por ti.
Oración ante el Cristo muerto
Tú me ofreces la vida con tu muerte
y esa vida sin Ti yo no la quiero;
porque lo que yo espero, y desespero,
es otra vida en la que pueda verte.
Tú crees en mí. Yo a Ti, para creerte,
tendría que morirme lo primero;
morir en Ti, porque si en Ti no muero
no podría encontrarme sin perderte.
Que de tanto temer que te he perdido,
al cabo, ya no sé qué estoy temiendo:
porque de Ti y de mí me siento huido.
Mas con tanto dolor, que estoy sintiendo,
por ese amor con el que me has herido,
que vivo en Ti cuando me estoy muriendo
y guárdame, guárdame dormido,
soñando, eternamente soñando
que soy un rayito de Luz de tu costado.
JOSÉ BERGAMÍN
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